Felices los catequistas que con una sonrisa en los labios, la regalan y multiplican y a la vez, dan otro color y sabor a cada encuentro catequístico. Dichosos los catequistas que siguen las huellas del Señor, disponiendo el corazón; quienes llevan "su tesoro" con sencillez, desde las pequeñas alegrías...un beso, un abrazo, bendiciones que sorprenden a sus catecúmenos.
Bienaventurados sean los catequistas que brindan generosidad, entrega y apertura creando nuevos tiempos de encuentros con una paz alegre, entrelazando "hilos de Amor", a la luz del Evangelio. Catequistas: oremos dando "gracias", "los unos por los otros", colocando a los pies de nuestra Madre María nuestras catequesis.
El Ángelus.
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